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El sentido lúdico del Arte

Una charla con Sergio Villarreal (Primera parte)

El arte es, al menos yo lo entiendo así, como un juego, algo lúdico, algo que nos emociona, que nos divierte, que nos enseña a entender de una manera mas plena la realidad que nos toca vivir, las circunstancias que nos rodean. Pero ese carácter de juego yo creo que lo tenemos desde que nacemos. Los niños son inmensamente juguetones, pero a la vez son los mas grandes investigadores que puede haber. Un niño desde que nace empieza a reconocer a través del olfato, de la vista, del tacto, y de su voz, aunque todavía no tenga la palabra; a través de sus sentidos él es un investigador de tiempo completo, le interesa sumamente por cuestiones vitales, ir dominando ese entorno en donde apareció en este mundo: huele el seno de su mamá, le llora cuando tiene hambre, la toca, empieza a tocar las texturas de las telas, de la madera, del plástico, del papel, del pelo, la piel, etcétera, y entonces es ahí donde el ser humano se va volviendo sumamente sensible, en la tarea de ir dominando de alguna manera la realidad para poder vivir. Para poder vivir se requiere tener un conocimiento de la realidad, hay quien ha dicho que aquello que no alcanzamos a entender no lo podemos hacer nuestro, entonces para poder hacer nuestra la realidad hay que entenderla, hay que comprenderla, y eso es lo que hacemos desde niños.

Una anécdota: Ayer por la mañana despedimos a mi hija Mónica y a su hijo Jasiel (de cuatro años) en el aeropuerto, porque se fueron a vivir a la ciudad de Seatle, donde los estaba esperando su esposo. Antes de que se fueran, le encargué a mi nieto Jasiel que me hiciera unos dibujos, digamos como un recuerdo de ese día en que él y su mamá estaban yéndose a encontrarse con su papá. Entonces, tomó unas hojas de papel y empezó a hacer ahí unos dibujos como cualquier niño de esa edad que dibujan, y dibujan muy bien, dibujan sorprendentemente bien, tienen una seguridad en el trazo, y una conceptualización tan perfecta de lo que están haciendo. Bueno, pues entonces comenzó a dibujar a su papá en una hoja tamaño carta y lo hizo con una precisión, con una claridad y con una seguridad de que lo que estaba haciendo era la verdad total: hizo un dibujo, muy expresivo, en donde a su papá lo pinta con una barba que tiene, con un bigote, le pone unas líneas que dice que son los pies, y otras líneas que dice que son los brazos, pero luego enseguida le empieza a poner unas bolas en los brazos y unas bolas en los pies, y le digo: “Bueno ¿y esto que es?” y él dice: “es que mi papá está muy musculoso, muy fuerte”, y luego le pinta unos zapatos, y me dice: “es que él usa éstos zapatos”.

A los cuatro años todos, absolutamente todos, somos excelentes artistas. La pregunta que yo les quisiera hacer es: ¿porqué luego se nos olvida, o en qué momento?... ¿Porqué se nos olvida dibujar?

Pero un niño no nada más dibuja. Un niño tiene excelente oído para la música, un niño tiene excelente ojo para ver todo lo que está a su alrededor: la belleza de las flores, de los crepúsculos, de las nubes, de las piedras, de los perros, de los gatos, de los insectos… Esa capacidad observadora, ¿en qué momento la perdemos, y porqué?

La parte niña o niño del artista siempre está presente cuando éste está tomando un lápiz, o cuando aparece en el escenario. Ese sentido lúdico es el que vamos nosotros arrastrando desde niños y que nos permite seguir siendo artistas toda la vida.

Comentarios

  1. Todos los niños tienen en la sangre algo de artistas, yo creo que es porque conservan más de la escencia de su creador, que es el mayor artista de todos los tiempos. Lamentablemente con el paso de los años se va borrando de la memoria la belleza de lo simple.

    Saludos

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